Cuando se habla de orquídeas, la mayoría de la gente la
asocia con la flor de la cattleya. Esta flor es el símbolo de la pasión amorosa
y ha sido utilizada como flor decorativa durante largo tiempo a principios del
siglo XX para adornar las vestimentas de las bellas damas de la burguesía.
El género comprende una cincuentena de especies originarias
de América Central o América del Sur. Un gran número de híbridos se han creado
en el seno del género e igualmente con otros géneros aliados para formar una sesentena
de combinaciones inter-genéricas diferentes.
Las cattleyas tienen pseudobulbos en forma de huso rematados
de una o dos hojas gruesas. A las cattleyas de una hoja por cada pseudobulbo se
las llama “unifoliadas” mientras que a aquellas de dos hojas por pseudobulbo,
“bifoliadas”.
Existen catleyas de todos los tamaños, desde la catleya
compacta de menos de 20 cm hasta la planta de más de un metro de altura. Las
flores poseen un labelo en forma de trompeta distintivo del género. El número
de flores por vara y el tamaño de las flores son muy variables según las
especies. Las cattleyas de grandes flores (comoCattleya labiata) tienen a
menudo 1 ó 2 flores por vara, mientras que la Cattleya aurantiaca posee varias
decenas de pequeñas flores por vara.
La vara floral sale por encima de los pseudobulbos, allí
donde se dobla la hoja. Muy a menudo está protegida por un tipo de vaina
llamada espata que se desarrolla justo después de la (o de las) hoja(s).
Luz
A las cattleyas les gusta una luz muy fuerte. Entre noviembre y marzo: De 4 a 6 horas de sol directo.
Entre abril y octubre: Si es posible, sacar la planta al
exterior siempre y cuando la temperatura nocturna no baje de los 15º C.
Evitar
el sol directo entre las 11 h. y las 15 h. que podrían quemar las hojas, pero
darles el máximo sol tamizado posible.
Tocar regularmente las hojas para evitar las quemaduras:
pueden estar templadas pero nunca calientes. Se puede poner un pequeño
ventilador a muy baja velocidad hacia la planta para refrescar las hojas.
Temperatura:
Los híbridos comprados en jardinería son generalmente
orquídeas de clima templado: las temperaturas ideales son 25-29°C durante el
día y 13-15°C durante la noche.
Riegos:
Riegos abundantes cuando la planta está en período de
crecimiento: El sustrato no debe secarse completamente entre los riegos pero no
debe estar nunca encharcado.
Riegos más espaciados cuando la planta no está en período de
crecimiento: El sustrato debe secarse bien entre un riego y otro. El riego excesivo es la más segura manera de provocar la
muerte precoz de una orquídea.
Las cattleyas son medianamente golosas con el abono pero sus
raíces pueden ser dañadas por concentraciones de demasiado abono.
Cuando la planta está en crecimiento activo (desarrollo de
hojas, raíces o flores), abonar con cada riego con un abono para plantas verdes
a ¼ de la dosis recomendada. No abonarlas cuando están en período de reposo.
Sustrato y Transplante:
Transplantar cuando la maceta se le quede demasiado pequeña
o en el caso de que el sustrato degradado retenga demasiada agua. Transplantar
ÚNICAMENTE en el momento de la aparición de nuevas raíces. ESTE PUNTO ES
ESENCIAL EN EL CASO DE LAS CATTLEYAS.
A las cattleyas les gusta un sustrato que drene bien, por
ejemplo corteza de pino de grano medio. Si se dominan bien los riegos, se puede
añadir de 20 a 30% de musgo de esfagno picado o turba rubia con el pH ajustado
para un mejor crecimiento. Elegir una maceta justo un poco más grande como para
contener otra serie de 2 pseudobulbos (de 2 a 4 cms. de más que la antigua
maceta).
Tiene que haber una diferencia de temperatura entre 8ºC y
14ºC. entre el día y la noche para iniciar la floración. Generalmente esta
diferencia se nota cuando el sol calienta localmente la planta durante el día.
En cambio, evitar los cambios de temperatura cuando los botones florales se han
formado.
A las catleyas del tipo 2 (fotoperiódicas de días cortos)
hay que tener mucho cuidado de respetar el período de reposo que precede a la
floración. Por lo que es necesario espaciar los riegos y suspender el abono.
Dejamos pues secar el sustrato a fondo entre dos riegos y se riega lo justo
para evitar que los pseudobulbos no se arruguen demasiado. No retomar los
riegos constantes y el abono hasta que los botones empiecen a formarse o por
defecto cuando un nuevo brote aparezca en primavera.
Las plantas que no reciban bastante luz pueden negarse a
florecer a pesar de un buen desarrollo de las hojas y raíces. Mirar pues que
vuestras catleyas reciban la más posible luz que puedan.
Problemas de cultivo:
Las catleyas son de hojas gruesas las cuales son muy
sensibles a las quemaduras causadas por el sol. Como son muy golosas de luz es
necesario exponerlas a una luz importante, siempre teniendo en cuenta que las
hojas no se pongan muy calientes al tocarlas. Si las hojas están demasiado
calientes, poner una tela fina en la ventana o dirigir un pequeño ventilador
sobre la planta para refrescarla.
Mucho ojo de transplantarlas cuando a uno le plazca. Es
necesario imperativamente a que las nuevas raíces empiecen a aparecer para
evitar que la planta se estanque durante meses con un sistema radicular dañado.
Poner mucha atención a que las raíces despunten porque algunas veces su
aparición es después de varios meses después de la maduración y la floración de
los nuevos brotes.
Algunas cattleyas son muy dadas a la caída prematura de los
botones florales. Evitar las variaciones bruscas de temperaturas y humedad,
después de que los botones florales se hayan formado. Intentar de
suministrarles la mayor cantidad de luz durante la formación de botones, de
administrar bien los riegos y evitar la proximidad de manzanas y otras frutas…
Mucho ojo con utilizar un abono muy concentrado que podría
dañar las raíces. Es mejor abonar poco pero a cada riego.
Mucho ojo con respetar el ritmo biológico de vuestra
cattleya: Cuando el crecimiento cesa, no abonar más y espaciar los riegos con
el fin de evitar la pudrición de las raíces. En cambio si la planta crece
continuamente durante el año, abonar y regar continuamente.